Nadie que esté satisfecho es capaz de escribir, nadie que esté de acuerdo,
reconciliado con la realidad,
cometería el ambicioso desatino de inventar realidades verbales.
cometería el ambicioso desatino de inventar realidades verbales.
La vocación literaria nace del desacuerdo de un hombre con el mundo,
de la intuición de deficiencias, vacíos y escorias a su alrededor.
La literatura es una forma de insurrección permanente…
MARIO VARGAS LLOSA