Ser...

Es aquello que me deja ser en el conjunto entre lo interior y lo exterior. La contradicción de ser y no ser aquello que queremos, la manía de experimentar cosas que deseamos o no. Es aquello que hacemos con lo que nos ha sido impuesto, pero también es eso que no queremos hacer. Es lo que nos define, lo que nos hace ser particulares en lo general. Que nos diferencia del resto pero nos hace pertenecer. Es creer en las propias afirmaciones sabiendo que hay otras contrarias afuera. Es desear algo con locura y querer hacerlo. Es disfrutar con cada sentido del cuerpo cada detalle de la vida. Es encontrarse con uno mismo en los recovecos del alma y reencontrarse con un pasado ya ajeno a nuestras vidas. Es mirar hacia el futuro sabiendo que el pasado nos acaricia la espalda. Es saber que ese futuro estará esperándonos con las manos expectantes, con los brazos grabados con los hechos que ya surgieron. Es mirarse al espejo y reconocerse detrás de los trazos mal dibujados. Es ausentarse en si para observar al mundo expectante creador de hechos trascendentales que cambian rotundamente el curso de navegación. 

Es tener la incertidumbre constante de lo que hay dentro y la perseverancia de extraerlo poco a poco. Es crear una doble identidad para cubrir la verdadera. Es entender y no querer hacerlo. Es tantas cosas pero no es tantas otras. Es la negación de lo que no somos. Es ser reconocidos por otros y por uno mismo. Poder ser… sin saber que. Y dejarse arrastrar por el caudal de la corriente hacia un mar infinito inalcanzable, inabarcable.  Es olvidarse de pensar y comenzar a ser solamente siendo lo que somos. Porque no hay mejor sensación que sentirse uno con uno mismo en la nada misma que rodea a nuestro ser. Porque es único el sentimiento de hallarse en la nada con el todo que nos hace ser. Es reconocerse débil y creerse fuerte ante situaciones que no podemos controlar. Es tener en las manos un manojo de cartas dispuesta a jugarlas y echar al azar la mano te ofreció el destino. Es suspirar con pasión en el momento propicio. Es fantasear con lo impredecible. Caminar sobre la cuerda floja mientras que el corazón quiere gritar en tu boca y estremecerse entre los confines de las sabanas. Es hundirse en un mar de pétalos acaramelados entonando melodías suaves. Es la recopilación de los vientos que acariciaron nuestra mente y el agua que corrió bajo los pies. Suponer que cada aleteo de un colibrí en nuestra vidas cambio nuestro futuro. Es reconocer olores peculiares que conllevan códigos indescifrables. Es infinidades de cosas que no puedo explicar. Pero siempre reconociendo que siendo todo esto, solamente ES.